lunes, 5 de julio de 2010

PLANTA PROTAGONISTA DEL MES DE JULIO


ALOE VERA

EL PODEROSO ALOE

Es como tener una planta de la era de los dinosaurios en tu propia casa. El majestuoso Aloe es la clase de planta de interior que impresiona con su vigor, sencillez y belleza salvaje, ¡sin olvidarse de su resistencia!

CARISMA INSTANTÁNEO

En cierto modo, esta planta es como tener un poco de eternidad en tus manos, puesto que el Aloe no deja de ser un vínculo entre el pasado y el presente. En el interior de tu hogar es una planta que no pasa desapercibida y que exhala cierto aire de tranquilidad. Su energía emana de su roseta compacta de la que salen las rellenas y jugosas hojas que terminan en una robusta punta. Sus colores varían desde el gris azulado al verde, y sus formas, desde las más compactas a las más altas y anchas. Esta planta es prácticamente indestructible y puede prosperar en cualquier interior por frío o cálido que sea. No se inmutará, por tanto, si te olvidas de regarla durante dos o tres turnos seguidos.



ORIGEN AFRICANO

El Aloe procede de las islas de Cabo Verde, pero tras ser cultivado en varios lugares de África y del Mediterráneo consiguió adaptarse a esas zonas. Una de sus características más interesantes es su capacidad de evitar la pérdida de humedad: si una de sus hojas resulta dañada, la planta supurará una savia especial que inmediatamente taponara la “herida” pare evitar que la planta pierda humedad por ahí. Exactamente como hace nuestro cuerpo.

UNA ALEGRE COMPAÑERA DE PISO

Lugar idóneo: luz solar directa o tamizada, aguanta casi cualquier cosa. Temperatura ideal: soporta bien temperaturas entre 5 y 30º C. Cómo cuidarla: le gustan los suelos arcillosos, con arena y con piedras que tras regarlos generosamente se dejan secar por completo. Unos buenos consejos: aparte de negarle el agua por completo o no cambiarla de maceta cuando haya crecido demasiado, pocas cosas pueden matar el aloe. Es conveniente cambiarla de maceta cada dos o tres años, en época de primavera.

A QUE NO LO SABIAS…

Son muchos los que atribuyen al aloe vera propiedades curativas sobretodo para la piel.
Aunque el verdadero valor del Aloe es el estético y la impresión de vitalidad y fuerza que transmite; los más grandes, en especial, capturan inmediatamente la atención de quien se encuentra con ellos. La palabra en árabe que lo define sería equivalente a “paciencia”. Y su nombre árabe no sólo se refiere a lo lento de su crecimiento sino al hecho de que si es cuidado adecuadamente el Aloe nos puede acompañar durante generaciones. Plantas así suelen recibir un nombre, aparecen en las fotos familiares y, a veces, llegan a ser protagonistas de leyendas.

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