Esta planta presenta una curiosidad anatómica muy especial. Lo que visualmente aparecen como flores, técnicamente se llaman brácteas y lo que en realidad es la flor propiamente dicha, es la parte amarilla que puedes ver en el centro.
Por cierto, estas plantas presentan brácteas de varios colores (por ello especialmente hemos elegido esta foto de portada), siendo las más frecuentes y vistosas las rojas. Esta bellísima planta puede crecer y desarrollarse muy bientanto en jardín exterior o como planta de interior.
Si tengo que decirte la verdad, requerirá más cuidados como planta de interior que cultivada en tierra plena en el exterior, donde puede alcanzar el porte de arbusto de gran tamaño superando los cuatro metros o más.
Nunca riegues a nivel de follaje o base del tallo principal. Esta planta es capaz de absorber agua desde la base de sus sistema radicular; por tanto sólo debes colocar agua en un plato en la base de la maceta y dejar que ella “beba” lo que necesite por espacio de media hora. Luego retira le sobrante y repite la operación cada 3 o 4 días.
Es muy sencillo pues tres veces al mes será suficiente con aplicar un poco de fertilizante, ideal si es líquido.
Esta planta no tolera temperaturas extremas, ni demasiado elevadas ni demasiado bajas; por ello muchas veces se prefiere mantenerla en el interior de la casa, pues su temperatura ideal, al igual que para nosotros los seres humanos es alrededor de los 20°C.
Necesita abundante luz, pero nunca sol directo.
- Humedad a nivel de ambiente
Dejo para el final precisamente uno de sus puntos débiles. Es vital para esta planta que sostengas un ambiente con buena humedad. Un truco sencillo es rodearla con agua en su base pero sin que la maceta toque esa agua; la evaporación natural de la misma, sostiene húmedo el ambiente cercano a la planta. El principal síntoma de que algo anda mal en este sentido es que comienzan a caerse sus hojas.
FUENTE: FLORESYJARDIN.ES
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